Siempre
creí que uno debe sacrificar cosas por amor, debe sacrificar aquello que lo
hace feliz, debe sacrificar proyectos, sueños, las cosas que nos gusta hacer,
debe sacrificar amistades, la familia, en pocos palabras debe sacrificar todo,
absolutamente todo, hasta la propia vida, todo por amor. Debe dejar todo por la
otra persona, por aquel ser amado que te lo está pidiendo que lo hagas. Y no
solo lo creí, sino que lo hice, sí sacrifique todo, cambie mi vida en nombre
del amor. ¿Pero saben qué? Luego de
haberlo hacho, luego de ser nada, de convertirme en una sombra, en quien no
soy, me di cuenta de que no es así. Uno no debe sacrificar, ni dejar nada de lo
que lo hace feliz en nombre del amor, ni en nombre de nada, uno simplemente no
debe dejar su vida, no debe dejar de ser quien es, y si uno lo hace, si
sacrifica lo más importante que tenemos, que es nuestro ser, nuestra esencia,
lo que somos, porque otra persona lo desea, porque se fundamente en que es por
el bien de ese amor, tengan la seguridad que no es amor.
Uno
no deja de ser quien es para conformar al ser amado, y si esa persona, directa
o indirectamente, te pide que cambies, esa persona no te ama, no ama lo que sos, ama
lo que desea que seas, quiere hacer de vos lo que pretende amar, pero vamos a
ser realista, uno cambia, se convierte en un ser completamente diferente, pero siendo
alguien que realmente no es, no va a poder ser feliz, porque va a estar oprimido
en las prisiones de sus adentros, va a estar encarcelado en ese disfraz hipócrita
que se dejo poner, y ese propio disfraz se va a encargar de ahogarlo, asfixiarlo
y hacerlo infeliz.
Solía
costarme entender ese famoso dicho que dice “si amas algo déjalo libre, si
vuelve es tuyo, sino nunca lo fue”, pero ahora puedo decir que realmente tiene
mucho sentido. Que irónico ¿no? me tubo que costar casi la vida para poder entenderlo.
Entender que si uno ama a una persona, ama su ser, ama verla crecer, ama ver
sus avances, sus proyectos, sus alegrías y sobre todo ama verla feliz, verla
ser tal cual es, sin pretender cambiarla, sin ahogarla, sin atarla a su lado.
Por eso, para amar hay que ser libre, y dejar libre al ser amado. Para amar hay
que amar tu propia vida, tu propio ser, tu esencia y perseguir tus sueños, no
dejar nunca de ser quien uno es, que el verdadero amor ama lo que realmente
somos, y si nos quiere cambiar déjalo ir porque no te ama a vos…